Grupos de consumo: una opción beneficiosa para productor y consumidor
Los canales cortos de comercialización, como los grupos de consumo o los mercados del agricultor, fomentan una compra más ética y consciente.
Un canal corto de comercialización es un modelo que fortalece la agricultura local porque reduce al máximo los intermediarios de la cadena, limitándose a uno. Esto supone un aumento en el beneficio de los agricultores y agricultoras, pero también una reducción en el precio de venta. Los grupos de consumo son un claro ejemplo de ello.
¿Qué es un grupo de consumo?
Un grupo de consumo es la unión de personas de un mismo territorio que deciden agruparse para obtener productos ecológicos, locales y de temporada.
Dicen que “la información es poder”, pero esto adquiere más fuerza cuando se pone en juego nuestra alimentación y nuestra salud. Es por eso que un grupo de consumo es la opción ideal para conocer, sin trampa ni cartón, de dónde procede, quién y cómo se ha cultivado el alimento que tenemos en nuestras manos porque trata directamente con el productor o productora, garantizando un precio justo y una calidad óptima.
¿Cuáles son los beneficios de un grupo de consumo?
Un grupo de consumo requiere cierto compromiso y corresponsabilidad ya que todos los miembros se organizan y toman decisiones conjuntamente. La implicación puede ser mayor o menor, pero son muchos los beneficios que se adquieren a cambio cuando se combina el binomio ecológico y local en los grupos de consumo. Algunos de ellos son:
- El precio de venta es menor que en tiendas. Es decir, beneficia a los consumidores, pero también favorece al agricultor porque recibe el importe íntegramente, sin perderse a lo largo de la cadena.
- Se establece una relación entre los consumidores y los productores. Esto posibilita la opción de conocer, de primera mano, qué hay detrás de los alimentos, si son ecológicos o convencionales, cómo trabajan la tierra, entre otros.
- Adquieres alimentos en su estado óptimo de consumo. Los alimentos locales son más frescos y saludables porque se cultivan cerca de nuestro hogar. Además, fomenta las variedades locales y contribuye a mantener los ecosistemas y la biodiversidad agrícola de nuestra tierra.
- Contribuyes a la sostenibilidad del planeta. Este modelo de consumo frena el uso de plásticos, disminuye los desechos y aumenta la calidad del aire al no generar grandes emisiones de gases por traslados lejanos.
- Creas comunidad. Estar en un grupo de consumo te permite conocer a los miembros de tu vecindad que tienen valores e intereses comunes. Tanto es así que, incluso, en algunos grupos afines también se proponen actividades y talleres.
¿Cómo formar parte de un grupo de consumo?
Para encontrar un grupo de consumo en tu barrio puedes preguntar en tiendas especializadas en productos ecológicos o buscar por internet si existen grupos públicos que acepten miembros.
Otra opción, si no encuentras un grupo en la zona, es crear uno desde cero. Lo esencial es reunir a gente del entorno o del barrio y decidir cómo organizarse. Por ejemplo, deben preguntarse: ¿cada cuánto haremos pedidos?, ¿cómo se organizarán los pagos?, ¿y las entregas?, ¿quién se comunicará con los productores?
Una vez está claro, solo queda contactar con productores o asociaciones de agricultores de la zona para proponérselo y terminar de acordar los últimos detalles.
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